sábado, febrero 23, 2008

La vida misma

La realidad siempre conspira en contra de los secretos de los amantes. En puntitas de pies, con equilibrio de estatua en fuga. La cosas son como son: la gente, a veces, tiene unas urgentes necesidades espirituales y de pronto se encuentra en un vértigo que la vida misma se encarga de poner en linea recta. No importa si entre las palabras y las acciones no hay diferencias. Era un invierno severo, como los padres de otras generaciones y el verano, era impensable. Los amantes, también son lo que son, como la presunción de cambiar el otro, mientras que la desesperación se come las vísceras: en silencio, inestable pero segura. Aparentando integridad y esperando que la nieve descienda en Febrero...
Imposible, como la certeza que exista algo que sea para siempre.

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