
Siempre es bueno recordarse de los amigos. Además son tan pocos. El fin de semana fue también, merecido. Desde el viernes que solo hubieron buenas conversaciones, comidas, copas, bailes y hasta sorpresas. Conocí, unas lindas familias y un chileno que también era italiano y que además había nacido en un pueblito, (928 hab.) a 20 km del mio. Estoy aquí, casi catapultado a quince mil km de mi gente, tengo la obligacion moral de sentirme chocho. El mundo es pequeño. Esta era la sorpresa, obvio.

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